En un mundo donde abundan las soluciones antienvejecimiento, el aceite antienvejecimiento destaca como un auténtico elixir de juventud. Utilizado solo o combinado con gestos de automasaje facial, se presenta como la nueva solución a adoptar para reducir la aparición de arrugas y dar volumen a la piel. Aceites, cremas, ¿qué elegir? Si los aceites faciales se están multiplicando, no debemos verlo como un fenómeno de moda sino como un avance en el sector de la cosmética, de hecho, numerosos estudios científicos avalan los beneficios de estos aceites: piel más hidratada, tersa, producción de colágeno reactivada… pero. ¿Qué hace que el aceite antienvejecimiento sea tan especial?
Aceites ricos en antioxidantes
Los aceites faciales antienvejecimiento suelen ser ricos en antioxidantes como las vitaminas C y E. Estos componentes combaten los radicales libres que se sabe que aceleran el envejecimiento de la piel. Un estudio publicado en el "Journal of Investigative Dermatology" revela que los antioxidantes pueden reducir el daño causado por los rayos UV y la contaminación. El uso de un aceite rico en antioxidantes nutre la piel aportándole la dosis de lípidos necesarios para su correcto funcionamiento a la vez que la protege de las agresiones externas.
Propiedades hidratantes
La hidratación es fundamental para mantener la elasticidad de la piel. Los aceites, como el de argán y el de rosa mosqueta, son ricos en ácidos grasos esenciales que ayudan a retener la humedad. Aplicado sobre la piel después de su rutina habitual de cuidado de la piel, el aceite creará una película protectora en la superficie de la piel y así evitará el fenómeno de la pérdida transepidérmica de agua. Resultado ? La piel está más flexible al despertar y las líneas finas se desvanecen.
Un refuerzo natural de la producción de colágeno.
El colágeno aporta firmeza a la piel. Se sabe que el aceite de semilla de uva, por ejemplo, estimula la producción de colágeno gracias a su alta concentración de proantocianidinas. Según una investigación publicada en "Experimental Dermatology", las proantocianidinas aumentan la producción de colágeno y ayudan a prevenir la flacidez de la piel (Ndiaye, Philippe, Mukhtar y Ahmad, 2011). Para potenciar los efectos de tu aceite antiedad, te aconsejamos realizar algunos gestos de automasaje para drenar el rostro y estimular las células encargadas de la producción de colágeno.
Propiedades anti-inflamatorias
Las inflamaciones de la piel pueden acelerar el envejecimiento de la piel. Aceites como el aceite de jojoba o el aceite de tamanu tienen propiedades antiinflamatorias. Por ello, le aconsejamos que identifique sus necesidades y encuentre un aceite adecuado o que opte por un cóctel de aceites naturales para el rostro que tenga como objetivo un espectro más amplio.
¿El pequeño extra?
Los aceites faciales son versátiles y pueden incorporarse fácilmente a cualquier rutina de cuidado de la piel. Son ideales para el automasaje, conocido por reducir la tensión acumulada en los músculos faciales, revitalizar la función linfática y suavizar las líneas finas y las arrugas.
Referencias:
- Fisher, GJ, Wang, ZQ, Datta, SC, Varani, J., Kang, S. y Voorhees, JJ, 1997. Fisiopatología del envejecimiento prematuro de la piel inducido por luz ultravioleta. Revista de Dermatología de Investigación, 109(5), págs. 788-798.
- Boucetta, KQ, Charrouf, Z., Aguenaou, H., Derouiche, A. y Bensouda, Y., 2015. El efecto del aceite de argán dietético y/o cosmético sobre la elasticidad de la piel posmenopáusica. Intervenciones clínicas en el envejecimiento, 10, págs. 339-349.
- Ndiaye, M., Philippe, C., Mukhtar, H. y Ahmad, N., 2011. El resveratrol antioxidante de la uva para los trastornos de la piel: promesa, perspectivas y desafíos. Archivos de Bioquímica y Biofísica, 508 (2), págs. 164-170.
- Léguillier, T., Lecsö-Bornet, M., Lémus, C., Rousseau-Ralliard, D., Lebouvier, N., Hnawia, E., Nour, M., Aalbersberg, W., Ghazi, K., Raharivelomanana , P. y Rat, P., 2015. La actividad antibacteriana y cicatrizante de cinco aceites etnomédicos de Calophyllum inophyllum: una estrategia terapéutica alternativa para tratar heridas infectadas. Revista de Etnofarmacología, 174, págs. 492-500.