Quizás ya hayas oído hablar del “capital solar” sin entender realmente su significado. Este término hace referencia a la cantidad de rayos UV que la piel puede tolerar sin sufrir daños, como envejecimiento prematuro o cáncer de piel. Este capital está determinado genéticamente desde el nacimiento, no es renovable y varía según el fototipo . Es limitado, de ahí la importancia de preservarlo: a los 20 años ya hemos utilizado la mitad de nuestro capital solar. Hoy desciframos juntos los efectos del sol en la piel para entender cómo reducirlos.
Sabías ?
En pequeñas cantidades, el sol es beneficioso : es necesario para la síntesis de vitamina D, esencial para la solidificación de los huesos. Los rayos UVB promueven esta síntesis, desempeñando así un papel crucial en el crecimiento óseo. Además, la radiación ultravioleta, cuando se utiliza bajo supervisión médica, puede resultar beneficiosa en el tratamiento de diversas afecciones como el raquitismo, la psoriasis, el eccema y la ictericia.
Por otro lado, debes tener en cuenta que esta práctica también puede tener consecuencias más o menos importantes en la piel.
Como funciona ?
El sol emite un tipo de radiación llamada ultravioleta (UV) , invisible a nuestros ojos pero capaz de impactar en nuestra piel y nuestra salud .
Estos rayos UV se dividen en tres categorías según sus longitudes de onda: UVA (400-315 nm), UVB (315-280 nm) y UVC (280-100 nm). Los UVC son los más dañinos, pero son filtrados por la capa de ozono y no llegan a la superficie terrestre. Sin embargo, los rayos UVA y UVB entran en contacto con nuestra epidermis.
Los rayos UVB tienen la capacidad de provocar quemaduras en la piel y quemaduras solares, afectando principalmente a la capa superficial de la piel. Los rayos UVA, por el contrario, penetran más profundamente y pueden contribuir al envejecimiento prematuro de la piel, así como a un mayor riesgo de cáncer. En definitiva, los UVB queman la piel mientras que los UVA aceleran su envejecimiento.
¿Cómo afectan los rayos UV a la piel?
Los rayos UV afectan la piel a través de cuatro procesos principales:
- La reflexión, causada por cambios en el índice de refracción, es particularmente significativa para la luz visible y la infrarroja.
- Difracción a través de las fibras y células de las diferentes capas de la piel, especialmente importante para el estrato córneo y la capa de melanina.
- Transmisión a través de capas epidérmicas.
- Absorción, la única capaz de inducir una reacción fotoquímica a nivel de diversas sustancias contenidas en las células, como la queratina, la melanina, las proteínas y los pigmentos carotenoides.
Los efectos a largo plazo de los rayos UV en la piel son acumulativos e interdependientes . La radiación ultravioleta puede provenir de una fuente natural, como el sol, o de fuentes artificiales, como las lámparas de bronceado. Si bien los peligros de los rayos UVB se conocen desde hace mucho tiempo, los de los rayos UVA son más recientes.
UVB: Los adversarios de la epidermis
Aproximadamente el 90% de los rayos UVB es absorbido por la epidermis , la capa superficial de la piel. Estimulan la producción de melanina, un pigmento secretado por los melanocitos , que colorea la piel. Sin embargo, este bronceado es en realidad sólo una defensa de la piel contra los ataques del sol. Cuando la exposición a los rayos UVB es demasiado intensa para que la piel se defienda, pueden producirse quemaduras solares (los rayos UVB son los principales responsables). Los rayos UVB, altamente energéticos, pueden dañar directamente el ADN de las células de la piel y provocar lesiones. A largo plazo, esto puede provocar cáncer de piel.
UVA: Los responsables del fotoenvejecimiento de la piel
Los rayos UVA, a menudo subestimados por su falta de sensación de ardor al penetrar en la piel, son en realidad los principales culpables del envejecimiento cutáneo. Su capacidad para llegar a la hipodermis, la capa más profunda de la piel, los hace responsables de la pérdida de elastina, provocando sequedad, pérdida de flexibilidad y aparición de arrugas. También desempeñan un papel en el desarrollo de ciertos cánceres de piel, en particular los melanomas .
Los rayos UVA también son responsables del proceso de "fotoenvejecimiento", donde su capacidad de penetrar más profundamente que los UVB llega a la dermis, provocando estrés oxidativo. Este estrés conduce a la formación excesiva de radicales libres, que dañan las células de la piel, el ADN y las proteínas. Este proceso acelera el envejecimiento, que se manifiesta por la aparición de arrugas y, en ocasiones, manchas de pigmento en la superficie de la piel.
Por tanto, debemos tener cuidado, porque los rayos UV son la principal causa del cáncer de piel.
El tiempo prolongado y excesivo bajo los rayos ultravioleta, ya sean del sol o de fuentes artificiales, representa una de las principales causas de los casos de cáncer de piel. Este riesgo es aún más acentuado para personas de piel clara y antecedentes familiares de esta enfermedad.
Se manifiestan en forma de melanoma”, una variante agresiva del cáncer de piel, que puede desarrollarse a partir de un lunar existente o sobre piel sana. Por lo tanto, la detección temprana es crucial para aumentar las posibilidades de recuperación. Si notas la aparición de manchas sospechosas, es importante consultar sin demora a un dermatólogo.
¿Cuáles son las acciones correctas a adoptar para protegerse de los efectos nocivos del sol?
- Prepara tu piel para el sol y utiliza preparados bronceadores.
- Evite la exposición durante las horas de más calor, entre las 11 y las 16 horas.
- Use ropa protectora ligera como una camiseta, gafas de sol y un sombrero.
- No salgas sin tu protector solar con factor de protección alto.
- Tome descansos a la sombra, incluso si usa protector solar.
- Recuerde volver a aplicar su protector solar con regularidad, especialmente después de nadar o sudar.
- Ojo, al usar menos protector solar del recomendado, reduces su capacidad para protegerte.