POR FIN estamos en verano. Con un verano indio en julio, no teníamos que preocuparnos por nuestra resistencia al calor y su efecto en nuestro cuerpo. Pero ahora las temperaturas están subiendo y a veces nos preguntamos ¿por qué nos suda tanto la cara?
No hace falta que te digamos que la sudoración, que permite al cuerpo regular su temperatura, es completamente normal y natural. Sin embargo, puede resultar incómodo y vergonzoso, especialmente si llevas maquillaje. Probablemente también hayas notado que tus poros se dilatan y que tu piel se deshidrata rápidamente.
Que no cunda el pánico: hemos recopilado 5 consejos de dermatólogos para controlar los efectos de la sudoración en la piel.
Pero primero, hagamos un breve recordatorio sobre la sudoración.
Sudar, o sudar, es un proceso natural imprescindible para regular la temperatura corporal. Es producido por dos tipos de glándulas: ecrinas y apocrinas. Las glándulas ecrinas, presentes en casi toda la superficie del cuerpo, secretan sudor compuesto principalmente de agua y sal para enfriar el cuerpo por evaporación. Las glándulas apocrinas, ubicadas en las axilas y la ingle, producen un sudor más espeso y de olor dulce. La sudoración se desencadena por diversos factores: calor, ejercicio físico, emociones, estrés y cambios hormonales. Aunque incómoda, la sudoración es vital para mantener una temperatura corporal estable y eliminar ciertas toxinas.
Entendiendo tu tipo de sudoración
En primer lugar, es importante distinguir la sudoración (completamente normal cuando tienes calor o haces ejercicio, por ejemplo) de la sudoración excesiva.
Si suda con frecuencia cuando su cuerpo no necesita enfriarse, es posible que tenga una afección llamada hiperhidrosis. Si la sudoración excesiva está afectando negativamente su vida, lo mejor es consultar a su médico para descartar cualquier causa subyacente en lugar de autodiagnosticarse.
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Digamos que tu cara suda incómodamente cuando tienes calor. En este caso, lo primero que debes hacer es revisar tu crema hidratante o protector solar, evitando ciertos ingredientes oclusivos que crean una barrera en la piel y retienen el calor. En su lugar, opte por fórmulas ligeras y fluidas, como geles, libres de aceites pesados, ingredientes espesos como manteca de karité o vaselina.
Prefiera los humectantes con humectantes (ingredientes que atraen la humedad hacia la piel) y emolientes ligeros (que suavizan y calman la piel seca), en lugar de emolientes pesados y oclusivos.
Los activos adecuados
El ácido hialurónico, la glicerina y el pantenol son ingredientes hidratantes eficaces que, además de hidratar la piel, tienen menos probabilidades de retener el calor y provocar una sensación de piel caliente y sudorosa. Las ceramidas, lípidos esenciales para mantener la integridad de las células de la piel, también desempeñan un papel protector. Al incorporar estos ingredientes a tu rutina de cuidado de la piel, puedes ayudar a minimizar las molestias causadas por el calor.
Usa maquillaje resistente al agua
Para evitar las desagradables sensaciones de que el maquillaje “se corra” debido a la humedad y la transpiración, elige maquillaje resistente al agua. Esto te permitirá tener más tranquilidad y sobre todo tener menos movimiento de material.
Tenga un pequeño botiquín de “primeros auxilios”
En verano, lleva contigo una toallita facial pequeña y/o papel matificante. Esto le permite secarse la cara durante el día para evitar el inconveniente de la transpiración. Esto te permitirá calmar la sensación de calor y matificar la piel al instante.
Nos hidratamos
Se podría pensar que beber menos agua ayudaría a reducir la sudoración facial, dado que el sudor se compone principalmente de agua. Sin embargo, según los expertos, esto podría tener el efecto contrario.
Esto se debe a que la deshidratación puede provocar más sudoración, ya que el cuerpo intenta compensar la falta de líquido produciendo más sudor para regular su temperatura. A esto se le llama termorregulación: cuando el cuerpo se calienta demasiado, suda para refrescarse. Por lo tanto, restringir nuestra ingesta de líquidos puede aumentar la temperatura corporal.
Por tanto, se recomienda beber entre cuatro y seis vasos de agua corriente al día. Para tu piel, opta por una bruma hidratante durante el día para limitar la deshidratación. Mantendrá tu piel hidratada y ayudará a reducir la sudoración.