A primera vista, cuidar de uno mismo a través de piedras puede parecer, en el mejor de los casos, una locura y, en el peor, un verdadero retroceso a la era de las brujas. Y, sin embargo, es un método que cada vez tiene más adeptos, sobre todo en California, donde los curiosos acuden en masa a las tiendas de litoterapia (cristalterapia).
De hecho, las piedras semipreciosas tendrían poderes específicos de cada tipo de piedra, que, al llevarlas sobre la piel, podrían tratar determinadas afecciones cutáneas específicas: irritaciones, arrugas, manchas, eccemas, etc.
Lo creas o no, una descripción general rápida de las piedras más populares.
Amatista
Es perfecto para purificar la piel. Si tu piel produce demasiado sebo o está un poco “obstruida”, ya sabes a qué piedra recurrir.
Venturina
Es muy eficaz contra pequeñas manchas de acné juvenil. No confundir con el acné hormonal, que aparece a cualquier edad.
Citrino
Tiene una acción anti-envejecimiento que permite que la piel se regenere mejor.
Jade
Símbolo de pureza, el jade ayuda a liberar la piel del estrés acumulado y/o de toxinas que pueden provocar pequeñas imperfecciones.
la piedra lunar
Además de muy bonita, es una piedra muy femenina que resuelve los inconvenientes hormonales debidos a los ciclos. Perfecto para gestionar todos los cambios que puede sufrir la piel durante la menstruación.
Cuarzo rosa
Bastante completa, esta piedra lo tiene todo bien. Activa la microcirculación y calma la inflamación. Por eso lo elegimos para nuestro rodillo de cuarzo , para usarlo todos los días para drenar la linfa y tener un rostro cada vez más radiante.
¿Cómo usarlos?
Si bien algunos llegan incluso a colocarlos directamente en la cara, la mayoría los usa como joyería. Es bueno saberlo: para “recargar” el poder de una piedra, hay que dejarla al sol o bajo los rayos de la luna.
Y en caso contrario, puedes utilizar simplemente nuestro rodillo de cuarzo . Es menos complicado e igual de efectivo.